Este artículo, extraído del blog Arte en Madrid, ofrece un repaso histórico de los qanat, o viajes del agua, y de su descubrimiento en la plaza de los Carros. Esta aproximación nos remonta a la fundación de Mayrit en el s. IX y la creación de los primeros viajes del agua, repasa su descubrimiento más de diez siglos más tarde, a finales del s. XX, y alcanza los últimos esfuerzos realizados por la Fundación de Cultura Islámica por rehabilitarlos y difundir su existencia, en el marco del Centro de Estudios sobre el Madrid Islámico.
Origen de los viajes de agua madrileños
Como hemos visto en artículos anteriores, el emir Mohamed I fundó Mayrit hacia el año 865 en un lugar privilegiado, rodeado de agua y de defensas naturales, el arroyo de Leganitos (actual Cuesta de San Vicente), el arroyo de las Fuentes de San Pedro (calle de Segovia) y el río hoy llamado Manzanares.
Probablemente por entonces ya vivían en la zona algunos grupos de población musulmana pero fue en la segunda mitad del siglo IX cuando los árabes se establecieron de forma organizada, primero con un objetivo meramente militar, y construyeron la primera muralla. Con el tiempo los mayritíes desarrollaron una rica vida cultural y científica, como demuestran, además de las fuentes escritas, los objetos de su vida cotidiana encontrados en diversas excavaciones.Así, en este primer Madrid, el primitivo Mayrit de los siglos IX al XI, abundaba el agua. Además de los mencionados, otros arroyos surcaban sus terrenos. Y las aguas subterráneas eran captadas mediante pozos y norias.
En lo que se refiere a los viajes de agua parece que hay acuerdo entre los historiadores e investigadores en cuanto al hecho de que fueron los musulmanes los que los trajeron a la Península Ibérica. Aunque hablando de Madrid, admitido el origen islámico de la técnica de los viajes, no tenemos pruebas documentales ni arqueológicas –al menos de forma unánime– definitivas.
En realidad no se sabe cuándo se construyó el primer viaje, en qué momento llegó a ser necesario. Se cree que la primera galería subterránea pudo ser la que discurría bajo la actual calle de Segovia, camino por el que bajaba el antiguo arroyo de las Fuentes de San Pedro desde Puerta Cerrada hacia el río. Esa galería existía en la Edad Media y ha sido identificada, primero por Jaime Oliver Asín, luego por otros autores, entre ellos Manuel Montero Vallejo, como la que se cita en el Fuero de 1202, en su Rúbrica LXXXII, pero no hay certeza sobre la fecha de su construcción.
“Quien lavara tripas desde la alcantarilla de San Pedro hacia arriba pague una ochava de maravedí a los fiadores.”
Algunas galerías que se conservan bajo la calle de Segovia son construcciones muy antiguas, alguna de ellas sin servicio en la actualidad. Aún su investigación podría deparar muchas sorpresas.
Plaza de los Carros
En 1983 durante las obras de remodelación de la plaza de los Carros se realizaron una serie de excavaciones arqueológicas en las que uno de los hallazgos más notables fue lo que se consideró un viaje de agua de época islámica.
Manuel Retuerce, uno de los prestigiosos arqueólogos participantes, explicó que solo se pudo estudiar un tramo de unos diez metros, que describió con todo detalle: el viaje es de sección rectangular, con andén lateral, piedras en su fondo sin cubierta aparente, o sea, a cielo abierto, y pequeñas presillas de piedra de trecho en trecho. La excavación permitió saber que la topografía original del terreno era la de un barranco con pendiente hacia el sur. Fue utilizado para verter escombros y, siempre según Retuerce, en la misma época islámica se abrió el viaje. En los escombros se halló material cerámico musulmán.
Retuerce y los demás arqueólogos directores de la excavación, Carmen Priego y Luis Caballero, opinan que se trata de un viaje de agua de época omeya, único en Madrid y en la Península. La datación se basó sobre todo en la cerámica hallada en su interior, decorada con la técnica “verde y manganeso”.
Actualmente no todos los autores están de acuerdo. Fernando Valdés aduce que la cerámica podría pertenecer a un amplio espacio de tiempo, desde la segunda mitad del siglo X hasta el siglo XII, lo cual, según él, no asegura que corresponda a la época musulmana.
Los restos se conservan bajo la plaza y son accesibles a través de una trampilla. El hallazgo arqueológico no volvió a ser rellenado por lo que se podría visitar, como dijo Manuel Retuerce, si las autoridades municipales así se lo propusieran.
Visita a las estructuras subterráneas de la Plaza de los Carros por la Fundación de Cultura Islámica
Hace pocos días, casualmente, durante una visita guiada por la Fundación de Cultura Islámica en el Parque del Emir Mohamed I junto a la muralla árabe, conocí la buena noticia.
Antes de continuar debo decir que tenía mucho interés en esa visita, desde que la pasada primavera visitamos la exposición El Jardín andalusí. Almunias, vergeles y patios en el Huerto del Retiro. La Fundación en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid está trabajando en la creación de un jardín de inspiración andalusí, con la plantación de muchas de las especies botánicas cultivadas en la España musulmana del siglo VIII al XVI. Cada árbol y cada planta se explican gracias a los letreros que se han instalado junto a ellos. Es un proyecto muy bonito, merece la pena conocerlo.
Como decía, durante el paseo supimos que el pasado 25 de octubre algunos miembros del Centro de Estudios de Madrid Islámico (CEMI), de la Fundación, acompañados precisamente por el arqueólogo Manuel Retuerce, realizaron una inspección ocular de las estructuras patrimoniales andalusíes ocultas bajo la madrileña plaza de los Carros: un qanat, o canalización de agua, y una cueva excavada en la roca.
La visita fue posible, nos cuentan, gracias a la Dirección General del Agua y Zonas Verdes del Ayuntamiento, que ha autorizado y acompañado al CEMI en esta pequeña aventura.
Junto a algunas fotos la web de la Fundación nos muestra un video:
La buena noticia, además de haber sacado a la luz este tema tan importante en nuestra historia y nuestro patrimonio, olvidado durante años, es que la intención del CEMI es proponer un proyecto de recuperación y valorización de estos restos arqueológicos para disfrute de madrileños y visitantes.
Ojalá este proyecto se convierta en una realidad. Es una oportunidad única. De valorar y recuperar unos restos importantes, y también de explicarlos.
Aparte teorías, opiniones –no siempre aclarando en qué se basan–, dataciones más o menos exactas, etc. hay algunos hechos indiscutibles. La zona en la que se encuentra, la colina de las Vistillas o de San Andrés, fue el arrabal más antiguo del Madrid islámico. Nadie puede poner en duda que estos terrenos fueron habitados desde tiempos muy remotos, incluida la época de la fundación de Mayrit.
La conclusión del CEMI, de acuerdo con Manuel Retuerce, es que originalmente parece que se trata de una estructura hidráulica que discurría a cielo abierto y que pudo tener relación con el mencionado arroyo de las Fuentes de San Pedro, que nacía en la plaza de Puerta Cerrada. Su datación la sitúan entre los siglos IX y XI.
Bibliografía:
CABALLERO ZOREDA, Luis. “Madrid medieval y moderno. Excavaciones en la plaza de los Carros”. Revista de Arqueología, año V, nº 34, pp. 54-65.
RETUERCE VELASCO, Manuel. “Testimonios materiales del Madrid andalusí” en Testimonio del Madrid. Medieval. El Madrid Musulmán. Museo de San Isidro, Madrid 2004, pág. 103.
VALDÉS, Fernando. “El Madrid islámico. Notas para una discusión arqueológica”, en Mayrit. Estudios de arqueología medieval madrileña. Ed. Polifemo, Madrid 1992, pp. 158-159.