La actual capital de España hunde sus raíces en la época andalusí. Entre los años 852 y 871 el Emir Mohamed I decide fundar esta ciudad como frontera para la defensa, principalmente, del enclave toledano. A partir de este momento, se empieza a desarrollar toda una ciudad medieval islámica con su estructura urbana, sus costumbres y sus personajes relevantes. Entre ellos, destaca un astrónomo, astrólogo, matemático y economista, reconocido y respetado en todo al-Ándalus: Abu-l-Qasim Maslama al-Mayriti, más conocido como Maslama al-Mayriti, o Maslama el Madrileño. Sin embargo, no se debe confundir con otro personaje significante de este mismo periodo: Abu Maslama Muhammad al-Mayriti, dedicado al estudio de la alquimia y las ciencias naturales.
Aunque los datos biográficos con los que contamos son escasos, podemos ubicar temporalmente a este sabio entre los años 1007-1008. Maslama al-Mayriti desarrolla sus avances científicos durante los reinados de los califas Hakam II y Hisham II del califato de Córdoba, ciudad en la que se establece siendo joven y donde finalmente fallecerá. Sin embargo, siempre llevará Mayrit como su ciudad de origen, que además determinará el nombre por el que será reconocido: Maslama al-Mayriti (Maslama el madrileño).
Su legado
Su fama y reconocimiento científico se deben al estudio de las diversas materias científicas que lo convirtieron en un verdadero sabio, así como en el científico más reputado de al-Ándalus. Entre sus logros podemos destacar la traducción del Planisferio de Ptolomeo. Esta obra aún no ha sido localizada. Sin embargo, sabemos que sirvió para posteriores traducciones al latín y hebreo, las cuales sí que han llegado hasta nuestros días. Dicho planisferio muestra un tratado sobre la proyección estereográfica, que incorpora avances para la localización de estrellas fijas.
Maslama al-Mayriti también realizó una adaptación de las tablas de Al-Juarizmi (a cuyo nombre debemos el vocablo ‘algoritmo’) al meridiano de Córdoba mediante observaciones astronómicas realizadas en torno al año 979.
Maslama al-Mayriti también realizó una adaptación de las tablas de Al-Juarizmi (a cuyo nombre debemos el vocablo ‘algoritmo’) al meridiano de Córdoba mediante observaciones astronómicas realizadas en torno al año 979. De esta forma, revisó y corrigió una de las obras astronómicas sobre movimientos de astros más avanzadas de la época andalusí. Hizo de esta adaptación su principal obra, convirtiendo las fechas persas (guiadas por calendario solar) a las árabes (guiadas por el lunar). Dicha obra será traducida posteriormente al latín por el sabio inglés Adelardo de Bath. De manera que, citando a Juan Vernet, arabista e islamólogo de la Universidad de Barcelona: “La primera mención de una medida de la Tierra realizada por los árabes penetró en Occidente con la traducción de las tablas astronómicas traducidas por Adelardo de Bath en 1126” (Vernet, 1999). Algunas de estas tablas destacan por haber sido calculadas según las coordenadas de Córdoba, fijando longitudes medias de los astros al principio de la era de la hégira (622). Según los últimos estudios, las tablas de Maslama son de un uso más sencillo que las anteriores, además de aportar datos más precisos. De hecho, gracias a estos cálculos se pudo corregir el tamaño del mar Mediterráneo y determinar su tamaño real.
“La primera mención de una medida de la Tierra realizada por los árabes penetró en Occidente con la traducción de las tablas astronómicas traducidas por Adelardo de Bath en 1126”
Avances en astrología
Otro elemento importante de su legado es el Tratado del Astrolabio, en el cual escribe sobre su construcción y su uso. Dicho tratado se conserva en la biblioteca del Monasterio de El Escorial con el número 967 del Fondo Árabe. A través de esta obra, se introducen nuevas técnicas para la construcción del astrolabio y una serie de procedimientos para dividir la eclíptica del astrolabio, otros tres nuevos para dividir la proyección del horizonte y, por último, tres procedimientos más para la proyección de estrellas fijas.
Maslama también determinó la ascensión recta de cada signo zodiacal y la declinación de los astros. Un hecho significativo en materia astronómica sería la determinación de la longitud celeste de la estrella denominada Régulo, siendo el primer astrónomo andalusí que consiguió su longitud (135;40 GRADOS).
Además de todos estos logros científicos, fue consejero astrológico de Almanzor e incluso pronosticó el fin del Califato de Córdoba. Llegó a dicha deducción a través de la observación del eclipse de sol del año 1004, la aparición de un cometa en el 1006 y la posterior conjunción de Júpiter con Saturno en el signo de Virgo. De esta forma vaticinó una guerra civil y la vuelta de soberanos depuestos anteriormente.
Este conjunto de avances y estudios crearon un legado que se tradujo en la creación de una escuela de matemáticos y astrónomos. Tanto Maslama como sus discípulos influyeron en todo al-Ándalus, perdurando hasta tres generaciones. Las fuentes relatan cómo sabios y estudiosos de todo al-Ándalus acudían a su escuela a escucharle y aprender de él. El legado científico de Maslama al-Mayriti, desarrollado durante el califato cordobés le convertirá en el padre de la posterior expansión y florecimiento de las Matemáticas de al-Ándalus.
El legado científico de Maslama al-Mayriti, desarrollado durante el califato cordobés le convertirá en el padre de la posterior expansión y florecimiento de las Matemáticas de al-Ándalus.
Sin embargo, a pesar de aportar a la ciudad de Mayrit su gran producción científica, Madrid y sus habitantes actuales desconocen la existencia del gran sabio que fue Maslama, padre de muchos de los avances históricos-científicos. Por todo esto, el primer científico de reputación y reconocimiento a gran escala nacido en Madrid no debería caer en el olvido, ni ser considerado como una figura ajena a la historia de España.